miércoles, 17 de julio de 2013

LA LEY DE MURPHY Y CÓMO EVITARLA

¿Recuerdas la ley de Murphy? Es la ley, bastante pesimista, que dice que si algo puede ir mal, irá mal. 

La ley predice que la otra cola siempre irá más deprisa que la tuya, que siempre encontrarás lo que quieres comprar en la última tienda a la que entres, y que la probabilidad de que una tostada de mantequilla y mermelada caiga boca abajo sobre la alfombra es directamente proporcional al precio de la alfombra.

Ahora piensa qué piensas cuando vas a actuar. ¿Comienzas a tocar temiendo la ley de Murphy? En otras palabras, ¿tocas con miedo e intentando mantenerte en “zona segura”, o te lanzas desde la primera nota?

Es natural que te apetezca retenerte un poco al comenzar a tocar. Probablemente tu corazón está acelerado, tu pensamiento disperso, te tiemblan las piernas y te sientes fuera de control. Es normal que evitar errores en los primeros compases sea tu primera prioridad.

Desafortunadamente, si cedes al miedo es poco probable que tu actuación sea exitosa.

Cómo garantizar resultados “olvidables”

¿Por qué no ir a lo seguro?

En primer lugar, la impresión inicial no será buena, y una primera impresión negativa es difícil de superar después (sobre todo en audiciones). Incluso una primera impresión “neutral” (aunque no llegue ni a negativa) es difícil de superar después.  Este tipo de actuaciones es perfectamente “olvidable”, y lo que tú quieres es que el público te recuerde.

En segundo lugar, la estrategia de la seguridad no funciona tan bien como creemos. Cuando empiezas a tocar con miedo, frecuentemente acabas cometiendo algún error, lo que origina que te pongas en tensión y toques aún con más miedo, lo que origina un círculo vicioso y más errores.

Si la mediocridad es tu objetivo y no te importa ser “olvidable”, puedes continuar con tu estrategia de comenzar las actuaciones yendo a lo seguro. Por otra parte, si quieres dejar una impression duradera en el público y que tengan curiosidad acerca de ti, tienes que aprender a ser un “músico valiente”.

¿Cómo me convierto en “El músico valiente”?

Por supuesto, no hay un único modo “correcto”, pero no importa qué camino tomas. El ingrediente clave que debe ser trabajado es el valor. Lo bueno del valor es que no es una característica innata, sino una cualidad que puede reforzarse, como un músculo.

¿Cómo se refuerza un músculo? Progresivamente y de forma sistemática se incrementa la carga que levanta. Pues lo creas o no, el valor se refuerza del mismo modo. He aquí una manera de hacerlo, integrándola en tu estudio habitual:

Como adquirir valor en 6 pasos:

1. Elige un pasaje

Elige una pieza que contenga mucha energía (por ejemplo, muy fuerte o muy rápida) y que te sepas bastante bien.

2. Prepara una grabadora

3. Aumenta tu frecuencia cardiaca  

Date una carrerita alrededor de la manzana, salta a la comba un rato… Lo que quieras.

4. Suéltate el pelo, lánzate y confía en tu habilidad.  

Coge tu instrumento, y antes de que tu frecuencia cardiaca vuelva a su estado normal, y desmelénate. Tu objetivo ahora mismo no es que suene bien ni mantener el control. Intenta tocar más allá de la zona en la que te sientes cómodo y pasa olímpicamente de tomar precauciones. Sé atrevido, desinhibido, y permítete desafinar, cometer errors garrafales, producir sonidos espantosos… (no hagas esto delante de Javi, porque te haría parar y repetir).  Experimenta con la energía que proviene de tu corazón y tus músculos, todavía activados.

La mayoría de las personas se sienten muy mal al permitirse cometer errores. Aquí hay unas cuantas citas para ayudarte con la idea de que cometer errores puede servirte para adquirir valor:


  • “Si no estás cometiendo errores de vez en cuando, seguro que no estás haciendo nada que sea muy innovador”. Woody Allen
  • “La creatividad es permitirte cometer errores. El genio es saber qué errores seguir cometiendo”. Scott Adams.
  • “La seguridad es una superstición. No existe en la naturaleza, y  las personas no la experimentan. A largo plazo, evitar el peligro no es más seguro que exponerse. La vida es una aventura o no es nada.” Helen Keller.


5. Toma notas 

Escribe tus observaciones después de cada repetición. ¿Qué notaste, cómo te sentiste? Céntrate, no en los errores, sino en los elementos positivos, las “gemas” de tu actuación, los puntos que, embebidos de energía y atrevimiento extra, llamaron tu atención o te sorprendieron.


6. Repetir

Haz esto 5-10 veces. Las primeras veces probablemente sonará bastante horrible, así que no te molestes en escuchar las grabaciones. Pero después, apuesto a que te sorprenderás agradablemente por lo que empiezas a desenterrar mientras tocas.

Este ejercicio te ayudará, no solo a sacar a la luz ideas y potencial escondidos, sino también a clarificar dónde está la línea entre “demasiado seguro” y “demasiado arriesgado”. La próxima vez que actúes tendrás una idea mucho más clara de cómo de lejos que puedes llegar.

¡Buena suerte!

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